SAN SEBASTIÁN

Por dónde empezar… Tendré que hacerlo contándoles de mi llegada…

Llegar a San Sebastián no tuvo mayores contratiempos, fue un camino largo (si tomamos en cuenta que llegué a Bilbao con una escala en Paris) pero nada que una buena siesta, las comidas del avión y una que otra película no puedan solucionar...

Al salir a buscar las maletas, oh sorpresa! Attila ya me esperaba y tuvimos que pensar como llegar a San Sebastián… Primera opción: tomar un autobús a la estación de autobuses de Bilbao y luego otro autobús Bilbao-San Sebastián que tal vez no alcanzaríamos (porque como era sábado el último salía a las 10 pm y ya pasaban de las 9), segunda opción: tomar un taxi y rezar para que no cobrara tanto… Resultado: decidimos que la segunda opción era más prudente, en vista de que de no alcanzar el autobús a San Sebastián, tendríamos que pagar hostal y aparte andar como judíos errantes con las maletas… Nuestro taxista fue un poco rudo al principio, pero al final nos cobro “lo justo” y, aunque no fue barato, el servicio de traslado que nos ofrecía la universidad salía en lo doble…

Llegamos a San Sebastián antes de lo planeado y llamamos a las personas de la agencia que nos consiguieron el departamento, para que nos recogieran y nos llevaran a nuestra nueva morada. Unos minutos después, un poco aturdida y sin creer todavía que había cambiado de país, me encontré subiendo 5 pisos de escaleras con todo y maletas! Que bueno que no estaba sola y subimos todo en 1 viaje…

El departamento es mediano, un tanto antiguo, pero bastante habitable y bien ubicado… Tiene 2 recámaras, baño, cocina y “sala” (en realidad es un cuarto pequeño con una tele y un sillón, con entrada desde la cocina, ¿o sea como?, si, es todo un misterio…). Sus únicos defectos, las escaleras y la vecina de abajo… Como sea, el primero tiene solución, pero la segunda, Dios sabe si tiene un altavoz para hablar porque todos los días, tan inoportuna como la lluvia que esta semana se ha soltado, ahí esta a todo lo que da!

Después de limpiar un poco nos fuimos a dormir para descansar, despertarnos por la mañana y conocer la ciudad…

La Ciudad

Antes que nada hay que mencionar que San Sebastián (o Donostia en vasco) es una hermosa ciudad turística ubicada al noreste de España, a unos 40 kms de la frontera con Francia. Tiene una bahía, en la cual se encuentran 2 playas, la Contxa (la tx suena como ch, así que en realidad se pronuncia concha) y Ondarrieta. Su tercera playa se llama Zurriola y está después de la división que tiene la ciudad por el río Urumea. La Contxa tiene más ambiente familiar, si bien por ahí se puede ver a una que otra bañista topless (o sea, sin la parte de arriba del bikini), mientras Zurriola es la playa de los jóvenes, hay olas más grandes y ahí aprovechan para hacer sus pininos como surfistas.

La arquitectura es de estilo antiguo, si bien muchos de los departamentos han sido remodelados por dentro y a las afueras se ven sólo casas y conjuntos habitacionales modernos. Los principales medios de transporte en la ciudad son motos y bicis, si bien también hay carros y un servicio más o menos eficiente de autobuses.

Una cosa curiosa es que la ciudad está repleta de bares y restaurantes, abiertos casi a toda hora, excepto a la hora de la comida! La “hora de la siesta” varía dependiendo del comercio. Lo mismo pasa con las tiendas, entre la 1:30 y las 4 pm es mejor ni intentarlo, porque es una pérdida de tiempo. Algunas abren por la tarde, otras, como los bancos, cierran por ahí de las 2 y ya estuvo…

Es una ciudad tranquila y pequeña, todo parece estar a no más de 15 minutos caminando (claro que eso se vuelve relativo, porque depende de donde vivas y a dónde vayas)… Una de las veces que llegamos a ver un accidente, sólo se trataba de una abuelita a la que le dolía el cuello mientras manejaba, y es que hay que decir que la ciudad tiene una población mayoritariamente anciana, según Iván (el chico que nos consiguió el departamento), se debe a que las casas y departamentos en el centro de la ciudad tienen precios exorbitantes y sólo la gente mayor tiene dinero para pagarlos, además, la mayoría de la gente adulta compra en los alrededores y vienen en carro o en transporte público.   

Telefonía en España

Y hablando de precios, los de la vivienda no son los únicos estrafalarios, la comida, la ropa y los teléfonos no se miden! Especialmente los últimos, porque de los primeros, haciendo una buena labor de búsqueda puedes llegar a encontrar precios razonables, pero regresando a los teléfonos… nuestra aventura comenzó eligiendo compañía, nos dijeron que movistar era la más grande y que las tarifas estaban casi iguales en el mercado, así que fuimos a una de las miles de tiendas que hay en la ciudad, nos ofrecieron tarjetas de 12 euros (175 pesos), además de un plan para tener llamadas más baratas entre el cel de Attila y el mío por una sola cuota de 6 euros, aceptamos  y listo! O al menos eso creíamos…

A los dos días recibimos un mensaje de que nuestra solicitud para el plan esta en proceso, de la mano con la sorpresa de que de los 12 euros sólo quedan 4,21 euros (60 pesos), acto seguido el 11 de septiembre vamos a la tienda a preguntar que pasa, dicen que para el plan se necesita recargar y bueno, salimos de ahí con la esperanza de que se va a solucionar y de los 14,21 euros (unos 200 pesos) me van a quedar 8,21 (120 pesos) después de la operación… ¿o no?

Un par de días después, resulta que mi saldo es inferior a 2 euros (unos 30 pesos), que mi solicitud sigue en proceso y que en la tienda no tienen acceso a mi saldo, y que para colmo de males, hay que pagar 0,49… Revisando la página de la bendita compañía, nos enteramos que, como nos lo mencionaron en un principio, las llamadas tienen un costo de 0,30, pero no contábamos con 0,12 extra por conexión de llamada más impuestos, o sea, en total, cada triste minuto va saliendo como en 0,50 euros (alrededor de unos 7-8 pesos mexicanos) y tu saldo se esfuma en un dos por tres…

¿El consuelo? Paseando por un centro comercial se nos ocurre la genial idea de poner un teléfono fijo para que no salga tan caro llamar y tener la posibilidad de tener Internet en casa… La sorpresa: Los teléfonos fijos son todavía más caros que los celulares!! Resulta que sólo la instalación del teléfono cuesta alrededor de 75 euros (1110 pesos), pero aparte hay que pagar una renta de 15 euros mensualmente (220 pesos), las llamadas que llegues a hacer que pueden ir desde los 0,97 (13 pesos) en la noche, a los 1,98 (casi 30 pesos) por minuto en la ciudad, ni que hablar de las llamadas en otras regiones de España y para llamar a casa: tan sólo 45 euros (650 pesos) el minuto!! O sea, es ridículo y al final nos dimos cuenta que, después de todo, las tarifas de los celulares no están tan caras… L